Riesgo de insuficiencia renal crónica, hospitalización, neumonía y muerte en pacientes con la triada obesidad-hipertensión-diabetes con infección por SARS-CoV-2 en México

Resumen

En este siglo se han propagado dos coronavirus desconocidos anteriormente1. El primero, descubierto en noviembre de 2002, con un caso de síndrome respiratorio agudo grave en la ciudad de Foshan, provincia de Guangdong, China2,3, casi 10 años después del primer caso de SARS-CoV, en junio de 2012 un hombre de Arabia Saudita murió por neumonía aguda y falla renal, aislándose en una muestra de esputo un nuevo coronavirus, de Medio Oriente (MERS-CoV)2,4. Por tercera vez, un nuevo coronavirus ha cruzado especies para infectar a la población humana5.
En diciembre de 2019, la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, China, se convirtió en el centro de un brote de neumonía de
causa desconocida6. El Comité Internacional de Taxonomía de Virus, denominó al agente causal como coronavirus SARSCoV-
27. La variabilidad en el espectro de presentación por la infección del SARS-CoV-2 se relaciona con pacientes que
presentan alguna enfermedad crónica como diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares y obesidad, quienes son
susceptibles a desarrollar COVID-198. Además, la vulnerabilidad de estos pacientes que padecen alguna patología crónica y
la asociación de otras características, los predisponen al desarrollo de falla renal9.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2020 (ENSANUT-2020) sobre COVID-19, la prevalencia de obesidad
nacional fue de 36%, hipertensión arterial de 30.2%, mientras que para la diabetes tipo 2 fue de 15.6%10. Por lo tanto, la
población mexicana presenta mayores complicaciones y un incremento de riesgo de la mortalidad al desarrollar cuadros
graves de COVID-19.